Si sos un poquito como yo, tener el inbox lleno de emails no solo te genera estrés, sino que también te impide enfocarte en lo importante y priorizar tus tareas.
Siempre me resultó todo un tema mantener a raya el caos de mi bandeja de entrada, pero ahora más que nunca se volvió crucial.
Cuando emprendes, es fundamental gestionar bien tu tiempo porque nunca dejás de formarte y consumir contenido relevante. Si tu bandeja de entrada parece un caos interminable, no te preocupes: aquí te comparto estrategias prácticas para recuperar el control, filtrar lo útil y deshacerte del ruido, especialmente si usas Gmail.
permite enfocarte en lo que realmente importa. Si tienes dudas sobre cómo implementar estas estrategias, ¡escríbeme! Estoy acá para ayudarte a recuperar el control de tu correo y tu tiempo.
El dilema del FOMO: ¿Por qué nos suscribimos a todo?
Vivimos en una era de creación de contenido sin precedentes, y la cantidad de recursos gratuitos es abrumadora. A veces sentimos que si no nos suscribimos a ese newsletter interesante o descargamos ese recurso gratuito, nos estamos perdiendo algo valioso. Este fenómeno se llama FOMO (Fear of Missing Out), y puede ser un arma de doble filo:
Por un lado, encuentras inspiración y conocimiento. Por otro, terminas con un inbox repleto y una sensación constante de estar atrasado.
Confieso que me pasa seguido, sobre todo con contenido de marketing (¡los temas nunca se acaban!). Sin embargo, he aprendido a implementar un sistema para no ahogarme en mi bandeja de entrada.

Un sistema para priorizar: Rescatar lo valioso y archivar el resto
Cuando mi inbox se descontrola, aplico esta estrategia para recuperar claridad:
Revisar rápidamente y rescatar lo imprescindible: Hago una revisión superficial y saco de mi inbox los correos que necesito resolver en ese momento.
Asignar etiquetas y archivar el resto: Tengo una etiqueta llamada “Revisar”. Todo lo que no es urgente lo archivo con esta etiqueta. Así, limpio mi bandeja de entrada sin perder esos correos. No los borro, pero los saco de mi vista inmediata.
¿Qué pasa después? No te voy a mentir, a veces los mails duermen allí por meses.
Pero cada tanto, un día me da ese desenfreno limpiador y reviso esta etiqueta “Revisar” para decidir qué realmente vale la pena. Si encuentro algo útil pero no urgente, lo guardo bajo una subetiqueta específica dentro de “Revisar”. Si algo ya no me sirve, me desuscribo inmediatamente y elimino correos pasados del remitente.
Este sistema me permite enfocarme en lo importante, dejando espacio mental para nuevas prioridades.
La clave está en los filtros automáticos de Gmail
Si usas Gmail, configurar filtros puede ser un cambio radical en tu organización:
- Etiqueta automática para newsletters: Configura un filtro que busque términos como “unsubscribe” o “newsletter” y asigna estos correos a una etiqueta como “Boletines”.
- Archivar promociones automáticamente: Busca remitentes promocionales y crea un filtro que archive esos correos directamente.
- Prioriza solo lo urgente: Establece filtros que marquen como importantes los emails de ciertos remitentes clave (clientes, colaboradores, etc.).
Aprende a desapegarte del contenido acumulado
Es tentador querer guardar todo “por si acaso”. Pero si algo no te ha sido útil hasta ahora, probablemente no lo será. Deja de acumular contenido que no necesitas:
Revisa el contenido antiguo y elimina lo que no te genera valor.
Confía en que siempre habrá más contenido útil en el futuro, ¡el marketing nunca se detiene!
¿Existe una solución para mantener el inbox en paz?
Una bandeja de entrada limpia de mails basura no solo te ayuda a organizarte mejor, sino que también reduce el estrés y te permite enfocarte en lo que realmente importa.
La gestión del correo no es algo que haces una sola vez, es un hábito. Primero, llevar cuenta de todas las empresas y personas que te envían boletines o mails de ventas. Lo ideal es llevarlas al mínimo. Luego, si dedicás cada día 5-10 minutos a mantener el orden, haceme caso y borrá todo lo que vas leyendo si no vas a tomar acción sobre eso.
Al final todo se reduce a estos pasos:
- Revisar tus etiquetas regularmente.
- Automatizar tanto como puedas con filtros.
- Desuscribirte de lo que no te suma: menos es más.
Si tienes dudas sobre cómo implementar las estrategias de etiquetas, ¡escribime! Aunque no lo creas tengo alumnos con quienes hacemos “terapia de inbox” y hemos resulto crisis terribles de caos y falta de espacio de almacenamiento. Si necesitás ayuda, contá conmigo. Estoy acá para ayudarte a recuperar el control de tu correo y tu tiempo.
Leave a Reply